Ubicación
Abarca el
área delimitada por De la Guitarra, Martín Fierro, De la Coyunda y Segundo
Sombra y se corresponde con la extensión de campo que perteneciera a la familia
Demarchi, descendientes de Clara Leloir y Alfredo Demarchi Quiroga. Al oeste se
encuentran los barrios Santa Cecilia y Villa Vitacal y hacia el sur El Jagüel;
al este Parque Leloir. La calle De la Guitarra es la continuación de Brandsen y
antiguamente era uno de los caminos de acceso al río, aunque de tierra.
Primeros
propietarios
La familia
Manrique aparece desde los planos más antiguos que hemos presentado al comienzo
de esta obra. Por las investigaciones del Dr. Villegas sabemos que para 1900
César Antonio Leloir había comprado varias “chacras”, como se las llamaba; lo
cierto es que en la década de 1940 aparece en los planos la zona mencionada más
arriba como perteneciente a Luis Demarchi la mitad sur y a “J.A.S.
Demarchi” la mitad norte, hijos de
Leonardo Demarchi, tercero de los hijos de Clara Leloir.
Década del
40
Martín
Fierro era por entonces Julio A. Roca, nombre que también se le dio al puente
construido en 1937. En 1945 o 1946 un conocido empresario fabricante de
mosaicos adquiere 9 manzanas entre las actuales Martín Fierro, De la Huella, De
la Coyunda y De las Montoneras; en 1946, otra porción igual ubicada a
continuación, es decir, desde Las Montoneras hasta Segundo Sombra, se pone a la
venta, pero parcelada en lotes de reducidas dimensiones.
En 1939
llegaron a establecerse en la zona los hermanos Zelfo y Zelindo Andreoli, con
sus respectivas familias. Arrendaban a Luis Demarchi 20 has para la producción
de hortalizas y ocupaban una casa que se encuentra todavía en la calle Del
Lazo. Cuando se produce el loteo de 1946 compran en La Yerra y Segundo Sombra.
Sus descendientes siguen arraigados en la zona: Marcos y Avelia, hijos de
Zelfo, son reconocidos comerciantes y protagonistas del desarrollo del lugar.
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Certificado de trabajo con el membrete de la fábrica de Puloil, propietaria del vivero El Pinar. (gentileza Magdalena González). |
En 1945
llegó desde Chivilcoy don Pedro González con su esposa y tres hijos. Se empleó
en el vivero El Pinar de Cauchaner y se asentó primero en la ribera del río. En
1947 el vivero cerró. Don Pedro adquirió entonces uno de los lotes ya
mencionados, en la calle De las Caronas. Su hija Magdalena, Tota, para el
vecindario, trabajó de jovencita en la fábrica de tapitas de Puloil, en el
contiguo predio, de Villa Vitacal. Más tarde se convirtió en la primera
peluquera del barrio. Sigue residiendo allí con sus descendientes. Cuenta que
cuando Cauchaner cerró el vivero creó un establecimiento con el modelo de los
kibutz israelíes, para entrenar en la organización comunitaria a jóvenes que
emigrarían luego a Israel. Hablamos de la época en que era de reciente creación
el estado judío.
Otros
vecinos de Puente Roca también nos habían mencionado vagamente su existencia;
no podían dar precisiones por desconocer el tema. Tota González vivía en el
lugar con su familia, por lo que lo recuerda con claridad.
Curiosidades,
cosas insólitas que se pierden en la
bruma del tiempo si no escuchamos a los memoriosos que las traen al presente
para formar así parte de la historia… Por esos años Francisco y Juan Puiatti y
un socio Brisotto, explotaban un horno de ladrillos en ele ángulo de La Coyunda
y Martín Fierro, arrendatarios de Demarchi primero y de Saponara después.
“Recuerdo que cuando compramos acá hubo que rellenar bastante y nivelar, como
había estado el horno faltaba mucha tierra, estaba muy bajo”. (testimonio de
Piero Intani)
La Villa
San José o Quinta Saponara
En un
párrafo anterior hemos mencionado a un fabricante de mosaicos: se trataba de
don José Saponara, inmigrante italiano que edificó una casa y una capilla. “En
1948 mi padre, Salvador Lavorato, que había llegado al país desde Italia tras
un hermano, consigue ubicarse en la Villa San José. Saponara lo ayuda a traer a
la familia, para trabajar una quinta de verduras. Así fue como nos establecimos
acá, en una casa muy precaria. Fue muy duro acostumbrarnos, si bien habíamos
pasado una guerra, al vivir en un pueblo estábamos rodeados de familia, vecinos
y amigos. Acá era la desolación. Pero salimos adelante, poco a poco nos fuimos
adaptando…”
“Saponara
no tuvo hijos, así que lo que restaba de
la propiedad por los años 70 se lo dejó a un sobrino, con los consiguientes
problemas con el resto. Don José había ido vendiendo lotes a empleados,
colaboradores y conocidos, para promover la edificación de buenas viviendas a
su alrededor”. De hecho, ésta es la parte mejor del barrio La Loma en cuanto a
forestación y edificación.
“La casa
principal todavía existe, no hace mucho se vendió de nuevo, pero no conozco a
los nuevos dueños. Me han dicho que la capilla familiar la usan como depósito…
allí iban a misa los vecinos del lugar”.
“En 1955 mi
papá edificó su casa propia en un
terreno de la subdivisión de Saponara, así que siempre estuvimos aquí, cuando
me casé me instalé también acá” (testimonios de María Lavorato de Intani).
Escasos
eran entonces los habitantes y un paisaje rural se extendía ante la vista:
“Recuerdo que cuando me puse de novio con María Lavorato, yo vivía con mi familia
en lo que ahora es El Jagüel. Venía en bicicleta a campo traviesa hasta Martín
Fierro y ella me veía desde que salía hasta que llegaba de regreso; imagínese
el descampado, había vacas, caballos, ovejas…” (testimonio de Piero Intani).
Década del
50
Con los
últimos testimonioos transcriptos ya nos encontramos en los años 50 y otros
apellidos son recordados por estos vecinos memorios: Cabo, Ansin, Traverso,
Puiatti, Ciancio, Ríos, Ressola. Había mucho campo y poca gente que se dedicaba
a huertas, tambos, criaderos de pollos, hasta uno de nutrias, todo en pequeña
escala.
En 1952 se
estrena la nomenclatura que La Loma comparte con Santa Cecilia y Villa Vitacal.
Referida a escritores, músicos y payadores: F. García Lorca, Lucio V. Mansilla,
Hilario Ascasubi, Andrés Chazarreta, Pérez Cardoso, José Betinoti y Martín
Castro, gran amigo de Albistur. Danzas: De la Huella, personajes históricos y
literarios: Facundo, Martín Fierro, Segundo Sombra, Tabaré, Santos Vega,
Gauchos de Güemes, De las Montoneras, Los Ranqueles. Objetos, usos y
costumbres: De la Guitarra, De la
Coyunda, Del Lazo, De las Caronas, De las Boleadoras, De la Yerra, Del
Cojinillo (hoy Máximo Aguirre) y De la Tradición. Otras: Bella Vista, Bermejo,
3 de Octubre, 10 de noviembre y M. M. de Herrera.
La calle De
las Montoneras (en alusión a los guerrilleros de Güemes) en la época del
proceso militar volvió a su denominación anterior de Thames (congresista de
Tucumán) y en 1996 a la Del Cojinillo se
la cambió rindiendo homenaje al escritor y tradicionalista Máximo Aguirre.
Muchos
vecinos recuerdan que para las fiestas Don José Saponara invitaba a los
pobladores a su casa y se hacían grandes bailes, se adornaba y se iluminaba la
quinta. Hasta que en una ocasión un grupo de inadaptados produjo desmanes y se
acabaron los festejos y la hospitalidad de Saponara. Nostalgias que ponen un
temblor de emoción en la voz de la vieja gente del barrio.
Década del
60
Saponara
donó un terreno en la esquina de De la Tradición y De la Huella y construyó
allí una pequeña iglesia para la comunidad. Su primer párroco fue el padre José
Tomás. Esto fue en 1960 y el templo se llamó San José de la Montaña. Su aspecto
actual no es el original, pues al ampliarla se desvirtuó su estilo que
recordaba las iglesitas alpinas, totalmente blanca. Parecía escapada de una
postal, lamentablemente no se han conservado fotos de ella, aunque se mantuvo
así hasta mediados de la década del 90.
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La iglesia San José de la Montaña como se encuentra actualmente. |
Saponara
había donado también otra fracción para levantar una sala de primeros auxilios,
pero por los tejes y manejes de algún pícaro el terreno terminó en manos de un
particular y no hubo sala.
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Vista de La Strega (La bruja) donde vivía Libertad Leblanc. |
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Casa de estilo colonial pero de construcción reciente. |
El
desarrollo era muy lento; en el área este-noroeste, contigua al Parque Leloir
se edifican casas de verano o en parcelas más o menos amplias, muchos artistas
tenían su residencia de fin de semana. Libertad María de los Angeles Vichich,
primera reina de belleza de Moreno en 1955, que alcanzó la fama como Libertad
Leblanc tenía la quinta La Strega que todavía existe; también estaba Francisco
de Paula en García Lorca y De las Montoneras, casa que fue luego de la actriz y
directora teatral Nora Massi.
El barrio
hoy
Puede
decirse que en la década del 80 comienza un poblamiento más acelerado de este
barrio. Su nombre es bastante reciente y se debe a la existencia de la Sociedad
de Fomento, pero nos imaginamos que La Loma tiene su razón de ser en una
característica geográfica, ya que es una zona más alta que la cercana al río.
Este conglomerado suburbano, como tantos, se ha desarrollado sin ningún plan
ordenador, no hay por ejemplo espacios públicos.
El entonces Municipio de Morón no hizo reservar una manzana para una plaza, lo que muestra la desidia de los gobernantes, que son quienes deben planificar urbanísticamente. El barrio tiene un fuerte contraste entre el sector este y el oeste. Hay pocos asfaltos entre Martín Fierro y Del Lazo, que son las dos arterias con sector comercial. Se considera a Segundo Sombra el límite; en la realidad las fronteras son siempre difusas. Entre esa calle y Martín Castro hay una franja del Barrio Santa Cecilia que conserva grandes predios, pues era el casco de la vecina Villa Vitacal.
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Curioso remate de una casa en la calle García Lorca, llamada en el barrio "el castillito de Rabadé". |
El entonces Municipio de Morón no hizo reservar una manzana para una plaza, lo que muestra la desidia de los gobernantes, que son quienes deben planificar urbanísticamente. El barrio tiene un fuerte contraste entre el sector este y el oeste. Hay pocos asfaltos entre Martín Fierro y Del Lazo, que son las dos arterias con sector comercial. Se considera a Segundo Sombra el límite; en la realidad las fronteras son siempre difusas. Entre esa calle y Martín Castro hay una franja del Barrio Santa Cecilia que conserva grandes predios, pues era el casco de la vecina Villa Vitacal.
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Dos vistas actuales de la quinta "La Mama" en la calle Martín Castro. Construida a fines de la década del 40. Foto gentileza Gabriela Urrea, 1999 |
Sobre la
calle Santos Vega existe aun la hermosa casona estilo colonial que fuera la
Quinta Sagazola, perteneciente a los dueños de una famosa curtiembre que
producía muy finos cueros. Con los años pasó a ser del músico Osvaldo Pugliese.
Actualmente se llama Villa Tonio y lamentablemente no pudimos obtener
autorización para fotografiarla, viéndonos privados de un valioso documento
gráfico para la memoria de nuestro pueblo.
Agradecimientos:
Marcos y Avelia Andreoli, Tota González, María y Piero Intani, Luis Puiatti
(h), Gladys de Brisotto, Daniel Iñigo y Gabriela Urrea.