La presente obra -en papel ilustración e impresa en colores- fue editada en el año 2005

1.1 A vuelo de pájaro



De antiguo identificado como Castelar, nuestro pueblo no es sólo el famoso Parque Leloir (algo así como el corazón de la localidad). Somos mucho más, de hecho, geográficamente casi la mitad del nuevo partido de Ituzaingó, con una población creciente y una expansión irreversible a la margen del Acceso Oeste.
Retrocederemos en el tiempo buscando los orígenes. Esta región fue habitada en tiempos prehispánicos por tribus pampas y alguna otra de procedencia guaranítica, como los tubichaminíes, dispersos y errantes en las dilatadas extensiones de la planicie. Con la llegada de Garay se produjeron los primeros repartos de tierras entre los colonizadores: la cañada del arroyo Morón le fue dada a Juan Ruiz de Ocaña. Poco después (1618) Hernandarias estableció en el Morón o montecillo vecino el primer fortín para resistir el ataque de los indios. Enseguida fue posta de mensajerías, carretas y diligencias que circulaban por el Camino Real (hoy Rivadavia). Si la Cañada de Ruiz, actualmente entre las ciudades de Morón y Castelar se convirtió en poco tiempo en una zona de excelente producción triguera, no ocurrió lo mismo con las tierras próximas al Río de las Conchas. Nuestros pagos estaban bastante despoblados: pastizales, lomadas, arroyos y lagunas, aves y… soledad. Un poco de ganado en los escasos puestos que salpicaban la llanura, algún establecimiento como la Posta de Pardo y la de Puente Márquez brindaban refresco a los viajeros que se dirigían al oeste por el camino de los Gaona, que pronto suplantó al “Camino Real”.
En realidad, todas las tierras fueron repartidas en largas y estrechas “suertes de estancias” como se las llamaba, con acceso al río; pero sólo serían conservadas por aquellas familias que hiciesen ellas asentamiento y alguna explotación. Las que quedaban sin ocupar o eran abandonadas volvían finalmente al fisco. Algunos de estos terratenientes fueron los Arias de Mansilla y luego sus parientes los Alvarado, los Manrique y los Gallardo. Otras áreas en el antiguo mapa de Villa Udaondo estuvieron en poder de Lozano de Sarabia, Miranda, Ponce de León, Vergara.