Ubicación
Delimitado
por las calles Udaondo, De la Tradición, De las Cabañas y la Autopista (antes
el río), las tierras que constituyen este barrio fueron parte de la “Chacra
Vieja”, primera propiedad adquirida por el pionero Alejandro Leloir Sáenz
Valiente allá por 1870 a Benito Vergara. Heredadas por su hija Clara, a la
muerte de ésta se lotea el área, alrededor de 1932. Las fracciones eran muy
amplias y había importante arboleda. La baja densidad poblacional de aquellos
días y los tramos de campo abierto entre un monte y otro permitían que la fauna
silvestre –como la liebre- fuera comúnmente avistada y diera denominación al
barrio y a la actual calle De la Tradición, que según refería Don Osvaldo
Arias, era nombrada como “camino de las liebres”.
Los nombres
de las calles
Las
paralelas a Udaondo llevan nombres de políticos que formaron parte del gabinete
ministerial del gobernador Udaondo: Julián Balbín, Emilio Frers, Ignacio
Alsina. Más tarde se abrieron Lorenzo Caro, Fragata Pte. Sarmiento y Chimborá,
que aparecen sólo por tramos, no están abiertas en su totalidad. Las
transversales llevan nomenclatura de 1952 (la anterior la mencionaremos en el
capítulo del Parque Leloir): De la Tradición, Francisco Ramírez, Facundo, El
Chacho, Del Pretal, Santos Vega, Del Gato, Tabaré, Del Cabestro, que recuerdan
a caudillos, personajes literarios de la gauchesca, objetos criollos, danzas
nativas.
De la calle
Chimborá desconocemos el significado, aún no hemos hallado nada, de Lorenzo
Caro nos falta información aunque Alberto César Lacoste menciona en su libro “Las
mejores plumas del gallo de Morón” a la librería y juguetería Sarmiento, de
Lorenzo Caro (pág. 109 de la edición de Autores Asociados, 1991). Es todo lo
que tenemos.
Las calles
que desaparecieron por la construcción de la autopista fueron: Lucio Mansilla,
Cruz del Sur, Cacheuta, Juanita Consejero y De la Querencia.
Los
comienzos
Pavimentada
Udaondo en 1936 hasta la entrada del Haras Myriam, permitió la llegada de
colectivos que conectaban con las estaciones de Castelar y Morón. Para
entonces, ya se había instalado en Balbín y De la Tradición don Leandro
Demichelis con su familia, construyendo vivienda y comercio: almacén, despacho
de bebidas y lugar de recreo, conocidos también como “La Liebre” (1934).
Don Antonio
Aznar García llegó a la edad de 10 años con sus padres desde España, en 1924 y
cuenta que su amigo Carabio, otro antiguo residente, atribuía el nombre a la
gente sin recursos “que corría la liebre”.
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Frente del comercio Demichelis, década del 30 (gentileza O. D.) |
Lo cierto
que todavía subsiste la vieja casa que albergó por tantos años los negocios
mencionados, y también la estafeta postal. Está muy vivo en el vecindario el
recuerdo de Doña Lidia Carnevale de Demichelis, que a la prematura muerte de su
esposo manejó con rienda firme la familia y el comercio. La construcción ha
sido remodelada en los últimos tiempos por su hijo Oscar, nativo de nuestro
pueblo y residente permanente, lo mismo que sus descendientes. Por su parte,
Don Antonio Aznar, cuyo padre trabajaba en la Cabaña Tuyú, hoy con 89 años es
el vecino mayor y más antiguo. Recuerda con nostalgia los bailes que se hacían
en lo de Demichelis durante su juventud y que constituían la “distracción”, al
igual que las carreras cuadreras y de sortija, para toda la gente trabajadora
del Myriam.
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Don Leandro Demichelis en sus años mozos. (gentileza Oscar Demichelis) |
“El primer almacén de la zona La Liebre también
funcionaba como sede de un club que organizaba bailes familiares. En verano se
usaba una pista de tierra apisonada; a cada r4ato se paraba el baile para
regarla y evitar que se levantara el polvo. El secretario del club se llamaba
Hesperidión Ceballos y era un puestero de la Cabaña Tuyú” (testimonio de José Ignacio
Ansorena)
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Doña Lidia Carnevale, tal como la conocimos por los años 60. (Gent. O. D.) |
.
En 1941 se
abrió la Escuela Apostólica con el seminario y la capilla de la Inmaculada
Concepción. El sitio, aislado y tranquilo, era ideal para el recogimiento
religioso. En esta década y en la del 50
no hubo cambios notables en la fisonomía del lugar, mayormente constituida por
grandes quintas para vacacionar.
Algunos apellidos que podemos recordar eran Tagliaferro, Turchetto, Aparicio, Vaccarezza, Grossi, Reicher, Zeppi, Caracotche, Biblos, Moscovich, Rizzo, Neira, Biscay. Las familias radicadas en forma permanente eran los Arias, Amort, Aznar, Demichelis, Vergara, Potrich, CArabio, Zaragozi, Pien, Barale, Barallo, Rombaldoni, Pinedo, Macagno, Battagliese, García, Menéndez, Kusiszyn, Mercurio. Los escolares se trasladaban en su mayoría a Castelar para asistir a la escuela 7 de Castelar en la calle Arredondo, ya que el colectivo los dejaba en la esquina. No faltaba tampoco el personaje famoso. En la calle Frers, contra el río, tenía su casita de verano el recio actor Mario Passano, residente con su familia en el centro de Ituzaingó y un enamorado del lugar. Las familias Caccaviello y Lambruschini eran quinteros que llevaban sus productos a las ferias zonales.
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Don Antonio Aznar García, el más antiguo vecino del pueblo. (gentileza O.D.) |
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La casona como se hallaba a fines de los 90, ya cerrado el comercio. (foto Carlos Consiglio). |
Algunos apellidos que podemos recordar eran Tagliaferro, Turchetto, Aparicio, Vaccarezza, Grossi, Reicher, Zeppi, Caracotche, Biblos, Moscovich, Rizzo, Neira, Biscay. Las familias radicadas en forma permanente eran los Arias, Amort, Aznar, Demichelis, Vergara, Potrich, CArabio, Zaragozi, Pien, Barale, Barallo, Rombaldoni, Pinedo, Macagno, Battagliese, García, Menéndez, Kusiszyn, Mercurio. Los escolares se trasladaban en su mayoría a Castelar para asistir a la escuela 7 de Castelar en la calle Arredondo, ya que el colectivo los dejaba en la esquina. No faltaba tampoco el personaje famoso. En la calle Frers, contra el río, tenía su casita de verano el recio actor Mario Passano, residente con su familia en el centro de Ituzaingó y un enamorado del lugar. Las familias Caccaviello y Lambruschini eran quinteros que llevaban sus productos a las ferias zonales.
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Mario Passano (gentileza Museo Goyaud) |
El río
perdido
Toda esa
zona sufría importantes inundaciones periódicas, algunas muy notables como la
de la foto, que llegaba casi hasta el Lourdes.
Posteriormente
la construcción de la presa Roggero en las nacientes del Reconquista (1972)
disminuyó drásticamente los niveles de crecida. Finalmente la construcción de
la autopista Camino del Buen Ayre modificó la topografía y el paisaje,
divorciando del río a la población que lo frecuentaba. Por otra parte, el
barrio quedó encerrado pues no tiene acceso a la autopista.
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La gran inundación de 1966, vista de la calle Balbín. (gentileza Jovita Menéndez). |
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Poética imagen de la orilla del Reconquista en los años 60, cuando todavía se podía disfrutar del río (foto: Vera Said) |
Pinceladas
Antiguas III
Por Jovita
Menéndez
Los perros salen al galope ladrando sin parar,
me asomo a la ventana para ver qué sucede. Es un jinete solitario, vestido con “joggins”
y gorra con visera hacia atrás. Sonrío para mis adentros pensando que hace
cincuenta años, cuando era chica, los perros salían a atacar si pasaba un auto,
pero ignoraban a los caballos por ser lo cotidiano. Hoy en cambio son la rareza
y los autos lo cotidiano.
Los equinos de entonces eran los protagonistas
de la locomoción del lugar. Los había de raza, como los alazanes, esbeltos con
sus crines casi blancas y una estrella en la frente. Los montaban jóvenes o
viejos de porte distinguido, enfundados en breches, botas altas lustrosas y
montura de lujo en cuero repujado.
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Jovita Menéndez, más conocida como "Pichona", antigua vecina del Barrio La Liebre (gentileza J. M.) |
Inolvidables en mi memoria don Alejandro Leloir
y su amigo Videla Dorna, al tranco por la alameda del Haras. También la
admiración como muchacha al hijo del Dr. Vacarezza, con su gallarda apostura
paseando en su alazán patas blancas.
Luego estaban los caballitos criollos, algo más
petisos, anchos, marrón oscuro, con recado de oveja, manejados por jinetes de
alpargatas, bombachas, faja negra, cuchillo y la infaltable gorra de vasco.
Rememoro algunos apellidos como Moreira, Vera, Magrino, Don Lencho
pertenecientes al barrio y Ortega, Aschiero, Artaza, Romero, etc. Que trabajaban
en el Haras Myriam.
Alguno que otro pintado, grande y brioso,
conducido por gauchos ataviados con bombacha plisada, bota corta, sombrero
aludo y rastra y facón de plata. Se contaban entre tantos don Juan Popp, Juan
Goñi, Andrés Poh, Villarreal, don Jovo Taqueño, Héctor Cannevari, Izurieta y
tantos otros que amasaron esta historia con su aporte anónimo.
También pasaron rumbo al almacén lungos de
pelaje hirsuto portando chicos descalzos y mocosos, montados en pelo, mientras
que tordillos, ruanos y bayos eran la preferencia de una amplia gama de
extranjeros, integrada por italianos, polacos, lituanos, checos y alguno que
otro portugués.
En cuanto a las amazonas, casi todas
pertenecían a la clase alta y alquilaban su monta en “La Pérgola” de Martín
Fierro, y algunas (muy pocas), chicas del barrio. Tal el caso de Faustina
Marengo, que arreaba hacia terrenos con pasto las vacas de su padre, siempre “de
a caballo”.
Tampoco faltaban en las fiestas patrias, donde
aparte de desfilar, corrían cuadreras y la infaltable carrera de sortijas. Era
de destacar don Chino Amort, que siempre llevaba al lado a su nieto Jorge
Moglie, en un simpático pony con escarapela en la frente y toda la indumentaria
gaucha igual a la de su abuelo.
Pero no todo el barrio tenía caballo y muchos
se movilizaban en carruajes de todo tipo y condición de los que hablaré en una
próxima ocasión.
Actividades Sociales
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Década del 40: la construcción de un quincho de considerables dimensiones en el predio de la familia Demichelis, donde se harían luego bailes muy recordados por los pobladores. (gentileza O. D.). |
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El quincho terminado que se inauguró allá por 1943 (gentileza O. D.) |
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Baile con orquesta, como era común por los 60, ya en la recién constituida Soc. de Fomento La Tradición (gentileza O.D.). |
“En 1954 un grupo de jóvenes nos juntamos dando
origen al Club Vecinos Unidos de Villa Udaondo. Nos reuníamos en la esquina que
nos prestaba la familia Demichelis y organizábamos fiestas y bailes. Cuando ya
no nos pudieron facilitar más el predio, no recuerdo porqué, nos trasladamos a
un terreno que tenía Barallo. No sé bien como fue, pero en ese ínterin se
produjo un cambio, desapareció el club y se formó una sociedad de fomento” (testimonio de Jovita Menéndez).
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Don Basilio Pien (izq.) y Osvaldo Arias. Foto tomada en el Haras Myriam en 1958 y dedicada "A mi amigo Osvaldo con todo afecto" (gentileza Marcelo Arias). |
Según
documenta el Dr. Guillermo Villegas, en 1956
se constituyó tal entidad con el nombre de “Villa Udaondo”, presidida
por el Dr. Antonio Ghibaudi. Parece que tuvo efímera existencia, ya que en
enero de 1957 nace la Unión Vecinal “La Liebre” (nombre que se impuso por un
voto de diferencia sobre “Barrio La Inmaculada”). Presidía el Dr. Vaccarezza y
como no tenía sede, las reuniones se hacían en casa de vecinos.
En 1960 se
forma la Sociedad de Fomento cuyo primer presidente fue el Sr. Basilio Pien;
tomó el nombre de “La Tradición” y luego de un período de gestiones se obtuvo
la cesión del terreno de la calle Balbín por parte de su propietario el Sr.
Barallo.
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El Sr. Di Matteo y las organizadoras de la Biblioteca Popular 9 de Julio (gentileza Daniel Brondo) |
“En los primeros diez años tuvieron una
actuación fundamental y una dedicación notable los señores Macagno, Cannevari,
Moglie, Battagliese, Eladio Fernández, García, Barallo y los sacerdotes de
Lourdes, padres Menapace y Vivaldi”. (testimonio de B. Pien.
Con los
altibajos propios de todas las instituciones barriales, ésta subsiste hasta el
presente, siendo importantes gestores en su recuperación primero Luisa Farías de
Macagno y luego Ennio Di Mateo como cabezas visibles. Un logro importantísimo
de los últimos años ha sido la conformación de una biblioteca popular, ya
reconocida por la CONABIP que cumple una valiosa función de difusión cultural y
ayuda escolar. Los motores de este emprendimiento son tres mujeres: Beatriz
Heinze, Jovita Menéndez y Gladys Pérez.
El nombre
olvidado
El nombre
de “La Liebre” poco a poco fue dejándose de lado. Se conocía el lugar
comúnmente como “el fondo”, por ser el punto terminal de la línea de colectivos
y no tener salida hacia otras direcciones. La actual municipalidad de Ituzaingó
lo designa como La Tradición, pero para la gente tal denominación es
inexistente.
El barrio
crece
A partir de
1960, año en que muchas nuevas familias llegan a asentarse en “el fondo”, se
produce un crecimiento importante: sala de primeros auxilios, escuelas,
sociedad de fomento. Una mayor población conlleva la aparición de instituciones
diversas. Cuando la Escuela Apostólica (hoy Instituto Inmaculada) se traslada a
Castelar, se instala allí el Colegio Lourdes, perteneciente a la Congregación
de los Oblatos.
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Colegio Nuestra Sra. de Lourdes. Foto: Carlos Consiglio, 1998. |
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Gruta de Ntra. Sra. de Lourdes. Foto: Carlos Consiglio |
El mismo
año en un terreno contiguo se inaugura una sala de primeros auxilios, mediante
la donación del Sr. Gorkin, como homenaje a su esposa Elena. La misma se halla
en funcionamiento hasta la actualidad.
En 1965 se
abre la Escuela Provincial N° 87, en la calle Del Cabestro y Lorenzo Caro. Allí
tuvo destacada actuación desde 1966 el educador Nicolás Levaggi. Llegó como
Director y ante la falta de aulas y el aumento de la matrícula gestionó y
obtuvo coches tranvía en desuso que usó para tal fin. En 1967 creó una escuela
para adultos en el mismo local y en turno vespertino, incentivando en forma
personal a quienes no hubiesen asistido a la escuela, a hacerlo y concluir sus
estudios primarios. Levaggi fue también el artífice del Jardín de Infantes
ubicado a una cuadra de la Escuela, en Lorenzo Caro y Tabaré, compró el terreno
con sus ahorros personales a Marina Núñez, que se lo vendió a un precio muy
módico. Con el aporte del vecindario, logró llevar adelante su proyecto que fue
inaugurado en 1976, bautizado en homenaje a su madre “Guillermina F. de Levaggi”.
“En Udaondo, siempre pude cumplir mis objetivos
gracias al esfuerzo de las mujeres, mis grandes colaboradoras”. (testimonio de Nicolás Levaggi.
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El frente de la vieja escuela 87 (hoy 13) "Alejandro Aguado". Al comienzo la bandera se izaba en una rama del sauce aledaño (gentileza N. Levaggi) |
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Levaggi en 1969 con los adultos del turno vespertino de la escuela por él creada y que funcionaba en el local de la primaria (gentileza N. Levaggi) |
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Levaggi con el Sr. Kasdorf, de la empresa láctea del mismo nombre, que efectuaba donaciones para la copa de leche de la escuela. Foto de 1967 (gentileza N. Levaggi). |
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El local actual de la escuela ex 87, en Del Cabestro y Lorenzo Caro. Foto: Carlos Consiglio, 1998. |
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Vista del Jardín fundado por Levaggi en Lorenzo Caro y Tabaré, cuyo número era el 19, luego 919 (partido de Morón) y hoy 903 de Ituzaingó. Foto: Carlos Consiglio, 1998. |
El asfalto de la calle Julián Balbín
Los dos
ejes viales del barrio son: De la Tradición y Balbín. Sobre la primera
recordamos palabras de Osvaldo Arias: “Cuando
era de tierra formamos con el padre Domínguez, uno de los primeros curitas
recibidos en La Inmaculada, una especie de sociedad de fomento para arreglar el
barrio. Fuimos a La Plata para pedir por
esta calle que era muy importante pues unía el norte con el sur y permitía
tomar la ruta 7 sin ir hasta Morón”.
Balbín por
su parte permitía la entrada de este a oeste; tuvo encascotados por los años
50, pero la capa asfáltica llegaría solo en 1977. Muchos años de lucha de una comisión
vecinal obtuvieron que la provincia interviniera
para concretar la obra.
“El gobernador le dio orden al Intendente de
que realmente buscara una solución. Merino firmó un acta de compromiso con la
comisión: él pondría la mano de obra y los frentistas los materiales.
Trabajamos enormemente para juntar el dinero; teníamos resistencias. Finalmente
terminamos la obra y para ese entonces quedábamos tres mujeres a cargo de la
comisión: Marina Núñez, Elvira García
yo, acompañadas por ese hombre fuera de serie que fue Nicolás Levaggi”. (testimonio de Luisa P. de Macagno).
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Esta foto nos muestra a los entusiasmados vecinos cuando lograron hacer el primer encascotado de Balbín en la década del 50 (gentileza O. Demichelis) |
Como vemos,
nada hay nuevo bajo el sol… actitudes mezquinas, falta de fondos municipales,
en fin, después todos aprovechan los logros de quienes se esfuerzan y luchan
hasta el final.
El asunto
es que tal asfalto permitió la circulación de otra línea de transporte (ya
retirada), facilitando el acceso a la escuela y al jardín de infantes mediante
el mejorado, hasta la esquina de éste.
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La capa de material negro en Julián Balbín, de La Tradición hacia el fondo, año 1977. (gentileza Luisa Macagno), foto tomada por la Municipalidad de Morón. |
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Marina Núñez y Luisa Macagno, algunas de las mujeres de gran empuje en los emprendimientos vecinales. (gentileza L. M.) |
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Elena Greus y Daniel J. Galst lucen las remeras impresas con el recién estrenado escudo de Udaondo. (Foto: Rolando Canteros). |
Tiempos
recientes
Muchas de
las viejas quintas fueron vendidas a instituciones, clubes y colegios, lo que
ha preservado en buena parte la forestación. Se instalaron comercios de
variados rubros. Fuera del Instituto Lourdes, no había una escuela secundaria
estatal, por lo que los estudiantes se desplazaban hasta Castelar y Morón.
Finalmente se logró abrir la escuela media N° 16, actual 3, después de largas y
tediosas gestiones. No tenía local, por lo cual funcionó primero en un espacio
prestado por el Lourdes, luego en la Sociedad de Fomento, después en un viejo
chalecito por demás inadecuado, hasta que finalmente pasó a formar parte del
Complejo Educativo en Los Cardales, cuando se oficializa la cesión de la
fracción correspondiente por parte del INTA a la Dirección de Escuelas de la
Provincia (13 años de gestiones). Se encuentra hoy los “campus” del Colegio
Santo Domingo de Ramos Mejía y del Colegio Ugo Fóscolo de Ituzaingó; la Asoc. Del
Personal Legislativo y el Club del Bosque.
Fiestas
patronales
A partir de
1994 comenzaron a celebrarse, ya que por iniciativa de un grupo de vecinos del
pueblo (Nelly de Soraci, Teresa Fumega y otros) acompañados por el delegado
municipal Raúl Fernández, se colocó bajo la advocación de María en la figura de
Ntra. Sra. De Lourdes, a nuestra localidad. Al mismo tiempo se gestionaba el
reconocimiento del escudo creado por Teresa Fumega como símbolo de Villa
Udaondo.
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Fiestas Patronales de Udaondo, 1997. Fotos: Rolando Canteros |
La radio
En 1987
comenzó a transmitir una FM local que luego de salir al aire con diversas
denominaciones, en 1989 tomó el de FM Udaondo, al servicio de la comunidad. Está
ubicada en Frers entre De la Tradición y Gauchos de Güemes y está dirigida por
Edgardo Mateo.
Agradecimientos:
O. Arias, O. Demichelis, José I. Ansorena, Antonio Aznar García, Jovita
Menéndez, Rolando Goyaud, Ricardo Passano, B. Pienn, M. Arias, Luisa Macagno,
Nicolás Levaggi, Daniel Brondo.